“ Los hijos son una herencia del Señor,
Los frutos del vientre son una recompensa.
Como flechas en las manos de un guerrero
Son los hijos de la juventud
Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas”
Salmo 127: 4 (N.V.I.)
Una madre me decía: Álvaro “yo quiero que mi hijo vuele tan alto como Dios quiera” Es como si El fuera una saeta o flecha diseñada por nuestro Creador hecha para dar en el blanco especifico. Nosotros los padres somos como arcos que debemos doblarnos, sacrificarnos, entregar todo para lanzar a nuestros hijos hacia la meta particular que Dios tiene para ellos. En un extremo del arco esta la Iglesia, y en el otro extremo esta el colegio. La cuerda que une un extremo con el otro y que debe colocarse es el centro de la fecha para lanzarla: Es La Palabra de Dios. El brazo que sostiene el arco y tensa la cuerda, es el Espíritu Santo.
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellos cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades”
( Deut 6: 5-9)
Los padres de hoy han renunciado al papel que tienen a su responsabilidad de forma a sus hijos; el padre debe ser el líder, el protector, el proveedor del hogar. La madre la ayuda idea idónea de Dios para su esposo, y la maestra de amor para sus hijos.
“Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.” Jueces 2:8-10
La sociedad de consumo ha impulsado a los padres a abandonar a sus hijos “más cosas, pero menos tiempo y amor “. Esto esta destruyendo los hogares en todo el mundo. Algunos ejemplos:
Tres prioridades básicas de unos padres con respecto a sus hijos:
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PARA FORMAR | EL CARÁCTER DE NUESTRO PADRE CELESTIAL EN ELLOS |
Los diez primeros años son fundamentales en la vida de los niños; ellos son como esponjas que absorben todo lo que tiene a su alrededor. El impacto de la familia físico, emocional y espiritual moldea el carácter de estos pequeños gigantes: pequeños de cuerpo, gigantes en posibilidades y futuro. De allí la importancia de trabajar juntos unidos en el mismo propósito: Familia, Colegio, Iglesia
(Ver Sal 127:1-2) ( Prov. 1:8-19)
Romanos 12,2
Tu forma de pensar determina tu forma de vivir.
¿Quién define la verdad, Dios o el hombre?
Durante la monstruosa hambruna de Etiopia a mediados de los 80’s, Ted Yamamori, el presidente de la fundación contra el hambre, visitó un campo de refugiados que albergaba a decenas de miles de personas. Ted escuchó el llanto de un bebé que provenía de una choza y decidió investigar de qué se trataba. “Déjenlo donde estaba”, le dijo su madre con frialdad. “Su destino es morir”. Mirándola a los ojos, Ted le dijo: ¡No!, Este bebé nació para vivir! Sus afirmaciones no solo revelaban dos cosmovisiones totalmente diferentes, sus acciones produjeron de inmediato diferentes resultados para el pequeño – por que Ted Yamamori llevó al pequeño infante a un centro de Salud.
Diferentes perspectivas del universo, producen diferentes resultados. La mentira detrás de la pasividad de la madre era el fatalismo.
Las ideas tienen consecuencias:
Todos los pueblos y culturas tienen cosmovisión, es decir una perspectiva o modelo específico del universo. Esta cosmovisión tiene más influencia en su desarrollo, su prosperidad o pobreza que la que tiene su ambiente físico u otras circunstancias. Cada Cosmovisión crea historia cultural diferente y produce valores diferentes. Las ideas producen conductas y estilos de vida que afectan a los pueblos, las culturas, las naciones y la historia.
Nuestra forma de pensar afecta nuestra forma de vivir. Lo que creemos afecta lo que somos, lo que somos afecta lo que hacemos.
Isaías 61,1-3
DEFINICIÓN DE EVANGELISMO: Mateo 28
Evangelismo es la transformación de los individuos, las familias, las naciones y las instituciones a través de la Palabra de Dios y la influencia del Espíritu Santo, estableciendo los Principios y el gobierno de Dios en la tierra, por la obra de nuestro Señor Jesucristo.
¿Cuál es el corazón del mensaje del evangelio? Muchos dirán: el nuevo nacimiento… pero el mensaje completo es: (ver Juan 3:5)
A menos que nazcas de nuevo no puedes ver el reino de Dios… nacer de nuevo no es la meta, es el medio para alcanzar la meta. El objeto o razón del nuevo nacimiento no es solo guardar un lugar en el cielo… es entrar en su Reino. Tenemos que impactar la cultura y la sociedad a partir de la transformación de las nuevas generaciones, a través de la familia, la educación y la iglesia.
El Reino de Dios es la voluntad de Dios cumpliéndose a la manera de Dios en todos los ámbitos de la vida. El hombre no vive de pan solamente sino de toda la Palabra de Dios.
Todos los hombres seremos juzgados por lo que la Palabra de Dios dice. La regla, la medida son las Santas Escrituras.
Dios es el creador y Señor de todas las cosas del universo; fuimos creados por Él y para Él. La rebeldía nos separó de Dios, pero Él envió a su Hijo Jesucristo para redimirnos. Murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó dándole el Padre toda autoridad sobre todo le universo y volverá de nuevo a gobernar.
Su verdad es la verdad para todas las áreas de la vida y se encuentra en la Biblia que es la Palabra de Dios
Por: Álvaro H. Ramos
Pastor de familia
Ministerio palabritas